1.- En compras
Este es un momento tentador para cualquier persona
que está empezando a apostar por nuevos hábitos. Resistir al paquete de galletas rellenas e ignorar los alimentos preparados es un reto, especialmente para aquellos que gustan de comidas rápidas y poseen un sentido práctico. Sin embargo, para que la funcionalidad este acompaña de una dieta saludable, sólo debe organizarse para tener alimentos nutritivos tanto en casa como en el trabajo.
2.- Lista de la compra:
Puede parecer obvio, pero salir con objetivos específicos facilita en gran medida el recorrido por los estantes. Los productos organizados en papel pueden ayudarle a concentrarse en los alimentos más saludables y hacerle pensar dos veces antes de ser conquistados por un paquete de aperitivos fritos, por ejemplo.
3.- Lea las etiquetas:
Aunque no es una medida muy cómoda, la lectura de etiquetas de los productos puede ser más bien una buena manera de ayudar a evitar ingredientes que no son muy beneficiosos para su salud. Evite los ácidos grasos trans, las klcal extras, los gramos de azúcar y el sodio.
4.- Las frutas y verduras de temporada:
A veces es mejor renunciar a algunos exigencias y optar por lo que es más accesible. Por supuesto, no todos los productos naturales son tan atractivos para todos de la misma manera, pero elegir lo que está en “temporada“ puede asegurar que el sabor será mejor que una fruta o verdura que se pueden encontrar con más dificultad al momento de comprar. Recuerde que cuanto más complicado es encontrar un alimento, mas es la posibilidad de que el valor sea mas alto.
5.- Los productos genéricos:
Tiendas especializadas, ferias libres, productores locales pueden ser buenas alternativas en la búsqueda de productos naturales. Puede ser más rentable comprar una cantidad menor que se adapte a sus necesidades, que la inversión en un recipiente sellado y etiquetado en el mercado.
6.- Congelados y enlatados:
Contrariamente a lo que pueda parecer, el consumo de vegetales congelados no es un enemigo de la alimentación saludable. Los productos como el maíz y los guisantes conservados en latas no preservan los nutrientes y se acompañan de conservantes, mientras que los paquetes congelados tienden a mantenerse a causa de las bajas temperaturas.
7.- Opciones listas:
Así como los enlatados debe ser evitado, se recomienda que las bebidas y los jugos en caja sean también descartados. Un reemplazo posible es la pulpa de fruta congelada o un jugo natural.
Para guardar, almacenar y consumir. Cómo comer sano implica un mayor consumo de alimentos que vencen, es importante conocer bien como los productos pueden ser mejor conservados para que su vida útil se extienda y su consumo sea mejor aprovechado.
8.- Las porciones:
Una buena idea para la compra de alimentos en grandes cantidades es dividirlos en porciones más pequeñas para facilitar tanto el almacenamiento como el consumo.
9.- Orden en el refrigerador:
¿Quién nunca olvidó un paquete frutas en el último cajón y lo descubrió demasiado tarde? Para evitar estas situaciones, es preferible dejar los alimentos que vencen por delante de otros productos en el refrigerador. Esta táctica también ayuda a resistir otras tentaciones posibles, como la pizza “vieja” o el resto de la torta de fin de semana.
10.- Cultivo:
Ten un poco de espacio en casa y un poco de tierra es también una gran manera de asegurar una dieta saludable. Cultivar un pequeño huerto no es una labor muy trabajosa y puede ayudar a tener alimentos frescos en casa.
11.- El tiempo para preparar comidas:
Tomarse el tiempo para cocinar también hace la diferencia en el proceso de adaptación de nuevos hábitos alimenticios. Además de ampliar sus opciones, también puede ayudarle a romper los prejuicios y probar nuevos ingredientes.
12.- A veces, menos es más:
Además de la calidad de lo que come, es importante comer más veces al día en porciones más pequeñas, por lo que es más fácil asegurarse de comer mejor, y asegurar un mejor funcionamiento del metabolismo.
Cada 2 o 3 horas es un tiempo prudente para comer.
13.- El arte de cocinar:
Inevitablemente, los que disfrutan de la cocina pueden haber observado al menos alguna vez que la mejor manera de comer bien es preparando su propia comida o al menos tener algo de control sobre lo que va a consumir. La comida en los restaurantes no siempre es una buena opción, ya que es casi imposible saber todos los ingredientes utilizados en el plato elegido. Y más aún las calorías que contiene, o la cantidad de sal aplicada.
14.- Dulces Naturales
A veces parece que un poco de azúcar puede hacer milagros, un postre puede hacer toda la diferencia después de una cena, pero no siempre un chocolate o pasteles rellenos combinan con hábitos alimenticios saludables. Azúcares naturales que se encuentra en las frutas y algunos vegetales, son preferibles en estos casos, sobre todo porque son ricos en vitaminas y por lo tanto más nutritivos. Prefiere stevia, agave, sucralosa, hasta una pizca de miel.
15.- Productos de granos enteros:
Reemplazar el conjunto de alimentos refinados es también una gran manera de asegurar una comida saludable, especialmente en lo que respecta a los granos y cereales. Esto es porque el procesamiento tiende a disminuir la tasa de fibras de los productos.
Hay varias observaciones requeridas para aquellos que quieran comer mejor. Al principio, puede parecer demasiado complicado, sin embargo, como con cualquier nuevo hábito, la adaptación es una cuestión de tiempo y, por lo menos en este caso, los beneficios son gratificante.
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